jueves, 12 de diciembre de 2013

El cada vez menos practicado arte del respeto



















Bienvenidos, amigos lectores, una vez más a este blog del Yermo.

El post de hoy surge como consecuencia de una experiencia que nos tocó vivir al Forajido Nabetse y a mí hace pocos días, cuando fuimos a ver la obra de teatro de una amiga, que consistía en la clausura del primer año de ella y sus colegas en la escuela de actores. El público estaba conformado por familiares y amigos que venían a demostrar su apoyo y aprecio. O al menos, eso es lo que uno pensaría, ¿no?


a. Del "1" al "mirar tu Facebook en tu celular durante la obra de teatro de tu amiga" ¿qué tan maleducada sos?

Una mujer (con edad ya más que suficiente para que de ella se espere un comportamiento adecuado), sentada delante de nosotros, scrolleaba sin descanso su Facebook en su Galaxy Note (o sea, en su "celular casi tablet") cuando ya las luces se apagaron, anunciando el inminente inicio de la obra. Admito que, mientras los pobres prójimos sentados detrás de ella sufríamos ser encandilados por su generosa pantalla que permitía distinguir perfectamente cuán irrelevante era su actividad en la red social, por cierto, le di por un momento el beneficio de la duda. Me dije: "Seguro que enseguida lo guarda". Pero a medida que los minutos y las escenas de la obra se sucedían y la susodicha ya del Facebook pasó al Whatsapp y de ahí a las fotos de comida en Instagram, me replanteé la situación, mientras el Forajido Nabetse, a mi lado, daba muestras de un creciente descontento. Sin ninguna intención de sonar amable le toqué el hombro y le requerí casi al oído que guardara el aparato porque molestaba. Así lo hizo, aunque no sin antes darle una última mirada a todas sus redes sociales, de seguro esperando encontrar la noticia que iba a cambiar el rumbo de la existencia del ser humano en la Tierra.

Confieso que la gente de este tipo es el principal motivo por el cual dejamos de ir al cine, el Forajido Nabetse y yo. Después de varias experiencias desagradables, llegamos a la conclusión de que es preferible ver las películas en una pantalla de 27 pulgadas, pero al menos libres de gente cuya educación deja mucho que desear.

Y no hablo, por supuesto, de la educación formal, sino de la educación que te hace gente, que te hace salir un poco de tu burbuja y darte cuenta de que no sos la única persona en el mundo que reviste importancia. Esa que te enseña un valor que casi no existe en el Paraguay: el de ser considerado y respetuoso con los demás.


b. En tu casa podés revisar tus redes con total tranquilidad

Sin entrar a discutir sobre cuán vacías podrían considerarse las vidas de la gente de esta generación, a la cual lo único que parece importarle es lo que se va desplazando en sus pantallas, este post solo quiere resaltar la necesidad del respeto. Hay momentos y lugares para cada cosa, todo es cuestión de ubicarse.

Si revisar sus redes sociales es para alguien más importante que concentrarse en disfrutar de la experiencia artística que le puede brindar el cine o el teatro, es válido. Lo único que se pide es que esa persona no venga a fastidiar con su desubicación a quienes sí desean disfrutar del espectáculo. 

Y si se trata de una presentación en vivo es todavía más grave, ya que la falta de respeto no se dirige solamente a los circunstanciales compañeros de sala, sino a los propios artistas, cuyos esfuerzos no se consideran más interesantes que la foto de una ensalada gourmet en Instagram. Todavía peor si los artistas son amigos a quienes después hay que darles una retroalimentación sobre su presentación.

Imagínense el caso que les contaba: estoy casi segura de que si no se le hubiera reclamado a nuestra vecina en el teatro que guardara su teléfono, se habría pasado mirándolo hasta el final de la obra. Y cuando se acercara a decirle a su amiga "¡Estuviste fantástica! ¡Todo salió genial!" ¿no habría sido eso acaso, además, una tremenda demostración de hipocresía? ¿Cómo se puede hablar de un espectáculo que no se vio, por haber uno preferido concentrarse en otras cosas?

Es muy difícil hablar de temas como este en un país donde lo normal es tirar la basura en las calles o manejar como un endemoniado porque el que es más bruto al volante es el más "valé", el más "mbareté". Tal vez hasta ustedes, lectores inteligentes, estén pensando que me estoy plagueando en vano.

Yo tiendo a creer que romper las prisiones de la ignorancia y el egocentrismo pueden ayudar a generar cambios. Por eso no estoy de acuerdo con quedarme callada. Hay que mostrarle a los maleducados que sus actos no pasan desapercibidos. Algunos, quizás, al menos por vergüenza se irán moderando.


Saludos cactáceos.  



PS: Si se preguntan qué tiene que ver todo lo del post de hoy con las personas que tienen interés en la creación artística, a quienes generalmente van dirigidos los artículos de este blog, lo podemos resumir en dos puntos:
1. Respetemos el trabajo de nuestros colegas artistas de cualquier disciplina.
2. Exijamos que así también nuestro trabajo sea respetado.

PS 2: Pueden seguirnos en las redes sociales, siempre y cuando no saquen sus teléfonos celulares en momentos no apropiados :P




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4 comentarios:

  1. Cada vez mas identificado con los forajidos del Yermo . Realmente tienen sangre de héroes y por algo espero el día de mañana poder colaborar con algunas lineas dentro de vuestro post. Seguidor entusiasta de este blog. Buena jornada!

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    1. Muchas gracias por el comentario y por seguir el blog, leer estas cosas nos alegra el día :D

      Será un gusto poder contar con alguna colaboración tuya en el futuro, justo estamos empezando a recibir en el yermo a autores invitados XD

      ¡Buena jornada y buen fin de semana para vos también!

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  2. hola hola si, quiera para mi calendario 2014 =)

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    1. Hola Ale, el calendario 2014 ya está llegando XD
      Quedate atento al blog porque de seguro la semana que viene ya lo subimos.

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