martes, 25 de junio de 2013

Dos clases de personas, dos caminos para cada una (Personajes y motivación)




























Bienvenidos de vuelta, apreciados visitantes del yermo. Pónganse cómodos, que hay rocas para todos. En el post de la semana pasada, habíamos dejado unas cosas en el tintero para no extender la conversación más de la cuenta, así que hoy es un buen momento para retomar el tema.

Habíamos hablado del arco de transformación y de los personajes que cambian y de los que permanecen. Pero es hora de sumar un concepto más que servirá para multiplicar nuestras opciones.


martes, 18 de junio de 2013

En este mundo hay dos clases de personas, amigo… (Dos clases de personajes y un concepto fundamental más)






















Bienvenidos una vez más al yermo, amigos escritores, cactus y tumbleweeds vagando con el viento. Hoy seguimos con la serie de artículos sobre los personajes que pueblan las páginas de nuestras ficciones. En el primer post no ahorramos energía a la hora de enfatizar la importancia de los mismos para que nuestras historias cobren vida y en el segundo anotamos algunos conceptos básicos que aparecen constantemente cuando uno decide leer más sobre este tema para ampliar los conocimientos.

En este tercer post de esta serie, que lleva como título el principio de la genial frase pronunciada por Clint Eastwood en El Bueno, el Malo y el Feo, revisaremos una clasificación de personajes que me resultó muy interesante encontrar.

Me pasaba con frecuencia cuando leía esos libros de los que siempre les hablo, empezar a ver recomendaciones que se repetían y que en cierta forma surgían como reglas inquebrantables para asegurar la calidad de las historias. Entonces, casi de inmediato, me ponía a pensar en aquella en la cual me hallaba trabajando y analizaba si cumplía o no con esas reglas de oro. 

Como se imaginarán, es un poco complejo someter la ficción a reglas o esquemas rígidos, por lo cual, la mayoría de las veces terminaba no encontrando con claridad el cumplimiento de dichos requisitos, situación que inevitablemente me causaba cierta pena, por considerar que no estaba haciendo bien las cosas.

Quizás por eso disfruto tanto de encontrar conceptos o afirmaciones que no se ciñen a las reglas talladas en piedra y muestran un panorama más amplio. Porque de ello surge que ni las supuestas reglas están mal ni tampoco lo que se aparta de ellas.


martes, 11 de junio de 2013

Cabalgaré contigo al atardecer - II (Introducción a la creación y desarrollo de personajes - Segunda parte)




















Habiendo sentado en el post anterior una firme postura sobre la importancia del desarrollo de los personajes para las historias que escribimos, hoy me gustaría hacer un flashback a mi época de estudiante universitaria y sentarme ante una pila de libros (y páginas de internet) para traerles un resumen sobre algunos puntos resaltantes de la creación y el desarrollo de personajes.

Puede decirse que es demasiado sencillo, ¿no? Pero esa afirmación que sostiene que uno cree saber algo muy bien hasta que le piden explicarlo me parece bastante acertada. Es por eso que hoy me interesa investigar con el objetivo de delinear un par de conceptos fundamentales con los cuales nos encontraremos con frecuencia si nos ponemos a leer sobre la construcción de personajes literarios: la caracterización y la multidimensionalidad.


martes, 4 de junio de 2013

Cabalgaré contigo al atardecer - I (Introducción a la creación y desarrollo de personajes - Primera parte)

























Hoy tengo el gusto de iniciar una serie sobre mi parte favorita de todo el proceso de escribir: la creación y el desarrollo de los personajes.

Entre la gente con más experiencia en el tema de la escritura suele existir una discusión acerca de que las historias pueden encontrar su fundamento y fuente de energía en dos elementos diferentes: los personajes y la trama.

Yo me inscribo sin dudarlo en el primer grupo, aun cuando he terminado sin mayores dificultades libros cuyos personajes no me llamaban demasiado la atención solo para recorrer los caminos de la trama –ejemplo: “Los juegos del hambre”, una historia con un ritmo por momentos vertiginoso e interesantes giros de trama, pero cuya protagonista me cayó desde el principio (y hasta el final) como una patada al hígado.

De mi experiencia de lectora de ficción surge entonces esta afirmación que firmaría con sangre: un libro con una trama bien lograda puede ser bueno, entretenido, interesante; pero si queremos una historia memorable, ella debe arder en el fuego de sus personajes. 

Así lo explica K.M. Weiland en “Crafting unforgettable characters”, una breve pero útil guía que pueden obtener de obsequio simplemente suscribiéndose al newsletter mensual de su blog, Wordplay:

Una historia es la combinación de miles de piezas diferentes: la trama, el tema, la acción, el diálogo, el punto de vista, el trasfondo, el conflicto, el humor, el ritmo, el ambiente, el subtexto –así hasta el infinito. Si sacamos cualquiera de estas partes, el todo se desmorona. Pero ningún elemento es tan vital como los personajes. No importa cómo las disfrazamos en lujosos nuevos subgéneros, no importa cuántos impactantes giros de trama lanzamos en los finales, no importa cuán complejos y filosóficos son nuestros temas, al final del día, las historias serán siempre sobre personas. El truco, por supuesto, es asegurarse de que nuestras historias presenten personas sobre las cuales vale la pena leer.