jueves, 28 de febrero de 2013

Las Lecturas del Yermo: “La civilización del espectáculo” de Mario Vargas Llosa




Saludos afectuosos, lectores, cactus y arbustos rodantes que acostumbran pasar por este yermo. Minutos antes de que termine febrero, me quedo aquí un momento junto a ustedes para hablarles de la que fue mi lectura central de esta sección del calendario.

Porque en la variedad está el gusto, este mes dejé un ratito de lado la ficción y me entregué a la lectura de otro género que, aunque también disfruto mucho, por esas cosas de la vida (y mi calidad de lectora desordenada y aleatoria) no frecuento demasiado, y es el ensayo.

Sin más preámbulos, les cuento qué tal estuvo xD


LA CIVILIZACIÓN DEL ESPECTÁCULO, por MARIO VARGAS LLOSA

La edición que tengo en las manos (en la vida real y en el dibujo XD):
Santillana Ediciones Generales, SL, 2012 (versión para Kindle)
ISBN ebook: 978-84-204-0267-3

Descripción:
La creciente banalización del arte y la literatura, el triunfo del amarillismo en la prensa y la frivolidad de la política son síntomas de un mal mayor que aqueja a la sociedad contemporánea: la suicida idea de que el único fin en la vida es pasárselo bien. En el pasado, la cultura fue una especie de conciencia que impedía dar la espalda a la realidad. Ahora, actúa como mecanismo de distracción. Como buen espíritu incómodo, Vargas Llosa nos entrega una durísima radiografía de nuestro tiempo y nuestra cultura.

Biografía del autor: Página oficial / Wikipedia


1. Estamos fregados, ¿no?

El cuadro que este libro nos presenta se ve bastante negro. El autor no oculta ni intenta maquillar en ningún momento la decepción que le produce constatar el rumbo que ha tomado la cultura –y la civilización– occidental en las últimas décadas y cómo, desde su punto de vista, ésta se ha venido empobreciendo progresivamente hasta llegar a ser mero entretenimiento y frivolidad, como lo deja traslucir ya desde el título, perdiendo su función fundamental de elevar los espíritus de quienes dedicaban sus horas a ella y ayudarles a abrir los ojos ante los grandes problemas y preguntas de la vida, impulsándolos a buscar el compromiso con la realidad, con su tiempo y el prójimo.

En la opinión de Vargas Llosa, el terrible panorama que planteaban las fantasías distópicas de antaño ha llegado a instalarse solapadamente en nuestra realidad, adormeciendo de a poco la capacidad crítica y el sentido de compromiso que generaba antes la cultura en los ciudadanos.

A lo largo de los primeros capítulos a medida que ahondamos en el concepto de cultura que delinea el autor, y el declive en cuanto a profundidad y contenido que la misma ha venido sufriendo –irónicamente en los países más libres y democráticos– se incluyen ejemplos muy ilustrativos que tocan a la literatura, al periodismo y en especial a las artes plásticas.

También resalta Vargas Llosa la pérdida que significa la falta de una crítica especializada y seria, capaz de analizar a fondo y sin otro objetivo que elevar el nivel de las obras en sus respectivas áreas –actualmente el valor de las obras está definido por el mercado–, lo que admite que cualquier cosa sea válida y pueda considerarse arte o cultura.


2. Los temas que no se tocan en la mesa: sexo, política y religión

Lo mejor del libro me pareció que está en estos tres capítulos: el primero –enfocado en la desaparición del erotismo como consecuencia de la banalización del sexo– encantó a mi sensibilidad, el segundo dialogó placenteramente con mi lado lógico y el tercero planteó algunas ideas muy interesantes a mi lado espiritual, ese que todos –creyentes o no– tenemos escondido en algún lado.

Vargas Llosa recorre cada uno de los tópicos con tranquilidad y la mayor objetividad que le es posible –aunque sin dejar de lado sus ideas personales ni evitar tomar determinadas posturas–, y plantea los conflictos que actualmente aquejan a las diferentes áreas de la vida humana. Resalta también algunos aspectos positivos que han caracterizado a las mismas a lo largo de la historia y que a veces, debido al rechazo que algunas como la política y la religión generan en el presente, tendemos a olvidar, contribuyendo de ese modo a un deterioro cada vez más profundo de ellas.

Creo que precisamente por eso resulta una lectura valiosa, porque contribuye a abrirnos la mente a nuevas ideas o a otras que habíamos dejado de lado, lo que a fin de cuentas constituye el objetivo esencial de una obra de este tipo. Podemos estar de acuerdo con el autor o no, pero eso no es determinante. Lo necesario ante este tipo de planteamientos es descubrir las preguntas y tratar de ir encontrando de a poco nuestras propias respuestas.


3. Estructura de la obra

El libro se plantea en capítulos que tocan cada uno de los temas principales –la cultura, la libertad, el erotismo, la política y la religión–, acompañados de una sección denominada Antecedentes, donde el autor incorpora ensayos escritos sobre el mismo tema, a lo largo de años anteriores. Esto puede resultar muy valioso, tanto a nivel informativo sobre determinados sucesos acaecidos en los últimos tiempos, y como complemento del punto de vista actual, para comparar cómo han seguido las cosas a partir de entonces: mejor, peor o igual. 

En cuanto a las fuentes que el autor cita como parte de la investigación y las lecturas sobre las cuales se funda su ensayo, creo que resultan suficientes para quien tenga el deseo de ampliar su conocimiento sobre el tema, sin ser excesivas al punto de complicar la lectura.


En resumen: me pareció un libro accesible y de lectura clara y amena para cualquiera que sienta esa preocupación que nos toma por asalto cuando prestamos atención al contenido que se privilegia hoy en todos los ámbitos de la cultura. Plantea algunas respuestas, algunos cuestionamientos y muchas cosas interesantes. Está escrito con la pasión que insufla la indignación ante de la lenta decadencia de aquello que uno ama –y, en el caso del autor, de lo que se siente parte, como intelectual– y ve avanzar sin remedio hacia su aparente autodestrucción. Y  también con la sincera intención de generar una reacción y una respuesta en los lectores. Por esto último podemos afirmar que no es un libro del todo pesimista.

Y por eso mismo, lo más importante es la propuesta que surge de la reflexión desarrollada a lo largo de toda la obra: la de tratar de devolver a la cultura esa función de despertar a la persona, de impulsarla a buscar sus propias respuestas a las grandes preguntas de la vida. De elevarla, a fin de cuentas, a diferencia de todo aquello que hoy solo consigue adormecerla cada vez más. 

¬-(o_Ó)


PD: Esta es una reseña humilde de alguien que reconoce sus limitaciones en un ámbito donde le gustaría saber mucho más de lo que sabe. Lo que busco, como siempre, es darles un pantallazo de la obra para que puedan decidir si les llama la atención. Este ensayo, como es de esperarse, suscitó en la red comentarios de intelectuales de diversos lugares y corrientes que la analizaron con mucha más profundidad y sobre conocimientos mucho más sólidos en lo que hace a la evolución y el estado actual de la cultura. Si deciden leer el libro, como una manera de enriquecer su experiencia les recomendaría buscar –con la ayuda de Google– estos análisis que les menciono. El libro deja preguntas y algunas de las cosas que el autor defiende con firmeza quizás lleguen a parecerles un poco extremas. Por eso es interesante saber qué piensa otra gente. Nunca está de más buscar más opiniones mientras trabajamos en construir la propia XD

PD 2: Si ya leyeron el libro o deciden hacerlo después de esta reseña, me encantaría saber qué les pareció, qué partes les gustaron más, si están de acuerdo o en desacuerdo en determinadas cuestiones. Los comentarios, la página del Facebook, Twitter, una postal dirigida al yermo… como más les guste. En cualquiera de los casos, será un gusto leerles XD 

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