Como consecuencia de una semana cargada de actividades laborales o académicas, el forajido Nabetse y yo nos vimos obligados a admitir que, a pesar del gran esfuerzo que hacemos para entregar a los lectores del yermo un post y su correspondiente ilustración todos los martes, fresquitos y amasados con mucho cariño especialmente para ustedes, existirán ocasiones en las que no vamos a poder. Porque ni él ni yo vivimos de hacer lo que nos gusta –al menos por ahora, algún día quizás sí o quizás no, quién sabe– y la única ganancia que obtenemos de nuestras andanzas por el mundo de los blogs es la satisfacción que sentimos cuando alguien nos dice que lo que hacemos le sirve para algo.
Parte del camino es aceptar que muchas veces nos van a faltar las fuerzas o nuestra cabeza parecerá más difícil de encender que madera húmeda. O que nos veremos sobrepasados por actividades que no corresponden a nuestras pasiones, o que la vida, de alguna manera, en ese momento nos estará pasando por encima. Hay épocas así y es normal. El hecho de que en ocasiones no seamos capaces de ajustarnos a la disciplina que nos autoimponemos con la intención de acercarnos a nuestras metas no nos convierte en un fracaso, especialmente si guardamos en nuestro interior el compromiso de volver, y todavía con más ganas. A veces incluso pasaremos largo tiempo alejados de nuestros sueños lo cual no significa que hemos renunciado a ellos. La mayoría de las veces se vuelve a eso que nos llama más allá de lo que podemos explicar. Al menos, a mí así me ha pasado.
Esa es la razón por la cual este martes nos tomamos un receso en la serie que veníamos desarrollando y que continuaremos a partir de la semana que viene.
Igual, siempre hay mucho para hacer en el yermo. Estoy segura de que algún post habrá que se guardaron para leer después porque ese día tampoco ustedes tenían tiempo, así que este es un buen momento para sacarles el polvo. O si son lectores nuevos, tal vez les resulte interesante hurgar en nuestro pasado y ver cómo escribir y dibujar son procesos en los cuales la evolución solo se logra con la práctica. Aquí lo pueden ver en nuestra propia experiencia.
Pueden ahondar, por ejemplo, en los personajes: en su importancia, la caracterización y multidimensionalidad, el arco, la motivación, en los protagonistas y en los secundarios. En las próximas semanas completaremos esta serie con posts sobre los antagonistas y las relaciones entre los personajes.
O también pueden leer sobre el cuento: lo que lo caracteriza, su estructura y elementos y las razones por las cuales es conveniente para un escritor trabajar en ellos.
Incluso pueden probar alguna de nuestras técnicas para generar ideas para cuentos, novelas, personajes y hasta pueden usar la música para que les de una mano con este asunto de las ideas. O pueden echarle una mirada a este análisis de la historia que nos cuenta un videoclip en poco más de tres minutos y fijarse en algunos elementos que le dan fuerza a la narración.
Hay temas abstractos también, si les gusta eso: lo que buscamos en una historia o el arte y el compromiso; o un montón de situaciones cotidianas y sus posibles repercusiones en los artistas: caídas, equivocaciones, días difíciles o esas épocas en las que todo parece venirle encima a uno, justo como nos pasa a nosotros ahora.
Todo esto y mucho más espera que lo encuentren en el índice del yermo, el baúl donde guardamos ordenadamente toda la sabiduría de nuestra particular experiencia. Quienes lo visitan encuentran algo que les sirve, eso cuenta la leyenda.
Y no se olviden de los concursos. Todavía hay varios abiertos que esperan por ustedes.
Saludos desde el yermo y nos reencontramos el martes.
¬-(=_=) el emoticon forajido está un poco cansadito, tal como nosotros.
PD: esperamos que les guste la versión HD de Cactus que adorna el post de hoy xD
PD 2: no se olviden de visitar Nabetse's drawing room, el lugar donde el forajido Nabetse expone sus dibujos.
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