martes, 12 de marzo de 2013

Los mitos que nos habitan (Arquetipos y más ideas para escribir)




Bienvenidos todos de vuelta al Yermo: amigos lectores, cactus y tumbleweeds. Hoy continuamos con la serie de Tips para desbloquear ideas (vean los post anteriores aquí, aquí y aquí) y nos asomaremos fugazmente a un concepto que viene desde tiempos muy antiguos y puede sernos también muy útil a la hora de construir nuestras historias.

En estos días, leyendo un libro que mi colega M. M. Ballasch me obsequió (como consecuencia de la desorganización de la gente de Amazon para manejar los reclamos de los clientes), no pude contener una carcajada cuando, terminando la sección de “Prefiere arquetipos antes que estereotipos”, en el apartado “Workshop” me pone la siguiente tarea: 

“1. Lee El héroe de las mil caras de Joseph Campbell como una introducción a las formas narrativas arquetípicas.”

Fue imposible no recordar mis años de estudiante de derecho de los primeros cursos cuando el profesor nos recomendaba leer el Tratado elemental de Derecho Romano de Eugéne Petit para tener una idea del derecho romano. ¿¡Una idea!? ¿¡Setecientas páginas en letra tamaño ocho para “tener una idea”!? O_O

Tengo los dos libros, el de Campbell y el de Petit. Ambos son obras maestras en sus respectivos campos –densas, complejas, profundas– y la verdad es que cuando los termine, a cualquiera de los dos (confieso que voy a paso muy lento cuando se trata de cosas que quiero retener en mi cabeza), voy a sentirme así:













Un poco más que “una introducción” o “tener una idea”. ¡Hay que reconocerse los logros también, gente!

Pero a lo que vinimos, a los arquetipos. Y evitemos el chiste fácil de mencionar el arquetipo del Vago en este momento. Porque no es simpático >_<


1. Eso del diluvio me suena de otro lado 

Las imágenes arquetípicas, en la definición que pretendemos usar  –establecida por el  psiquiatra, psicólogo y ensayista suizo Carl Gustav Jung– son las “formas o imágenes de naturaleza colectiva que toman lugar en toda la Tierra, que constituyen el mito y que al mismo tiempo son productos autóctonos e individuales de origen inconsciente” (1).

En palabras más sencillas –como lo pone Caroline Myss en la introducción a un juego de cartas del que les voy a hablar enseguida–, los arquetipos vendrían a ser patrones psicológicos derivados de roles históricos que se manifiestan en la vida, tales como –por ejemplo– la Madre, el Niño, la Prostituta, el Sanador; y también pueden referirse a eventos o situaciones universales, tales como la Iniciación, la Muerte o el Renacimiento.

De acuerdo siempre con Jung, además de nuestro inconsciente individual y personal, existe un inconsciente colectivo –heredado más que desarrollado–, compuesto principalmente por arquetipos y figuras mitológicas.

De ahí que, según lo analiza Joseph Campbell en su obra ya citada, existan significativas coincidencias entre las mitologías de los diferentes pueblos que habitan el mundo.

Por eso es que esa historia del diluvio capaz les suena de otro lado.


2. Figuras de luz y de sombra

La obra de Campbell se centra en analizar en profundidad y apoyándose en los postulados del psicoanálisis –sobre todo de la escuela de Jung, como es de esperarse– las principales etapas que atraviesan los protagonistas –los héroes– de las historias mitológicas de las diferentes culturas, a fin de establecer un patrón que se relacione con ese inconsciente colectivo del que habla Jung. Analizar esta cuestión excede por mucho las intenciones de este post y sin duda lo veremos más adelante, porque es muy interesante –a pesar de las críticas que puedan leerse por ahí, de quienes opinan que es una estructura que ya se ha usado hasta el cansancio.

Dentro de este patrón que él denomina la aventura del héroe (o el monomito o mito único), los arquetipos aparecen tanto como aspectos de la personalidad del Héroe (que puede tener los atributos del Huérfano, el Vagabundo, el Guerrero o incluso de los tres, por citar meros ejemplos) así como de los otros personajes con quién éste irá encontrándose a lo largo de su camino: el Mentor, el Tramposo (más conocido como Trickster), el Mago, el Heraldo, entre otros.

Lo más interesante de los arquetipos –y esto ya es desde mi humilde punto de vista– es que la misma figura arquetípica puede presentar dos caras totalmente opuestas: lo que se suele llamar atributos de luz y de sombra, los aspectos positivos y negativos del mismo arqutipo.

Para mayor claridad siempre viene bien un ejemplo:

Arquetipo: La madre.
Atributos de luz: crianza, paciencia y amor incondicional. Alegría de dar a luz la vida.
Atributos de sombra: asfixiar emocionalmente o abandonar al hijo. Hacer sentir culpa a los hijos por volverse independientes.

Como pueden ver, partiendo del mismo arquetipo, tenemos opciones radicalmente opuestas a la hora de construir personajes, a quienes dedicamos nuevamente el Tip para desbloquear ideas de este martes.


3. Forajidos a trabajar: ¡Herramientas!

Volviendo al libro de Writing Tools –el que les mencionaba en la introducción de hoy–, y haciendo referencia al tema que dio inicio a esta serie de foraji-posts, el bloqueo de escritor, leí allí una frase que me pareció muy adecuada, atribuida a Roger Simon: “¿Por qué debería yo sufrir bloqueo de escritor? Mi padre nunca sufrió bloqueo de camionero”.

A fin de cuentas, el nuestro es un oficio como cualquier otro, aun cuando trabajemos con una materia más esquiva que la noble madera del carpintero o los sólidos ladrillos del constructor. 

Como aprendices de este oficio que somos todos –y seguiremos siendo hasta que nuestros dedos escriban la última frase–, no debemos tener vergüenza ni reparo alguno en hacernos de todas las herramientas que consideremos necesarias para hacer mejor nuestro trabajo. Este blog, a fin de cuentas, no es más que un abrir para ustedes mi caja de herramientas y mostrarles lo que he ido acumulando en ella a lo largo de varios años, tanto a nivel interno –técnicas, ejercicios, consejos, recuerdos de la experiencia–, como externo.

Algo muy útil que encontré justamente en este campo de los arquetipos fue otro juego de cartas –de ahí la imagen de hoy–, que trae ochenta tarjetas con arquetipos y sus respectivos atributos de luz y de sombra. Si bien está destinado más que nada a hacerse una especie de auto análisis a fin de encontrar los arquetipos presentes en la personalidad de cada uno, a mí me pareció un juguete divertidísimo a la hora de trabajar con los personajes de mis historias, que es una de mis partes favoritas de todo el trabajo de escritor. Las tarjetas son realmente muy lindas –vienen en una cajita dura y todo– y pueden aportar interesantes aspectos a la hora de dar profundidad y diferentes capas a nuestros personajes.
















Eso si están con ganas de hacerse un auto-regalo, pero si no, no pasa nada. Investigando un poco por la web van a encontrar bastantes arquetipos y pueden, sin problema alguno, armarse un set de cartas artesanales. Aquí les dejo un sitio con algunos arquetipos y sus atributos de luz, por ejemplo. En el Yermo no hay excusa para escaparse del trabajo (>_<)/ 

¬-(o_Ó) A ver si acompañan al emoticon forajido a cazar algunos arquetipos.


PD: Como siempre y aunque casi nunca me hagan caso, les invito a dejar algún comentario aquí, en la página del FB, por Twitter o por paloma mensajera, si prefieren. Por suerte los cactus y tumbleweeds del Yermo son más habladores que ustedes, porque o sino iba a sentirme un poquito sola >_<

PD 2: Entre toda esta serie de Tips de desbloqueo mental, hoy se me ocurrió un jueguito para aportar con lo de las ideas. No se preocupen, no van a tener que hablar si no quieren u__u Pero quédense atentos a la página del FB, ahí vamos a jugar. Empezaremos en breve, el jueves por ahí n__n ¡Nos vemos!


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Notas:
(1) Definición citada por Joseph Campbell en El héroe de las mil caras.

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