jueves, 17 de abril de 2014

Una reflexión bajo la luna roja (mini-post)




Hola, amigos del Yermo, ¿cómo están?

Hoy paso fugazmente por aquí, para dejarles post breve, que no les va a sacar mucho tiempo de sus días de descanso :)



1. Mirando la luna roja...

En la madrugada del martes, mi mamá y yo nos quedamos despiertas hasta eso de las 4.30 para ver el eclipse y la luna roja. Cuando estábamos ahí, turnándonos para mirar por la ventana, me dice en un momento: "¿por qué no le sacás una foto con tu celular?". 

Ante este tipo de eventos tiendo a pensar que al día siguiente, en internet, encontraré millones de fotos tomadas por fotógrafos de verdad, con cámaras profesionales y hasta telescopios, pero por esas cosas de la vida acepté la sugerencia. 

Como mi celular está lejos de ser último modelo, pensé que era mejor usar mi cámara (que también está lejos de ser último modelo, pero al menos es una cámara). Por supuesto, como cada vez que uno busca algo que necesita, no la encontré. Y entonces me resigné a intentarlo con el celular.

Este fue el resultado:



Y tras ver esa poco favorecedora imagen, que tiene más de techo que de luna roja, se estarán preguntando por qué les cuento esto.


2. ...me acordé de ustedes y de este blog.

Cuando miraba en la pantalla las fotos que había tomado fue como estar delante de una graciosa mini revelación. Y me acordé de ustedes, lectores que se dignan a pasar por este yermo-blog, para enterarse de las aventuras de esta escritora en eterno proceso de aprendizaje. ¿Por qué me acordé de ustedes y del blog? Porque si tuviera que ponerle un título a esa fotografía sería:

"Escribir, descripción gráfica"

Ya que la experiencia de escribir es bastante parecida a esa foto y sus circunstancias: ante la idea que llega, brillante y fresca a nuestras cabezas, uno comprende que está contemplando algo genial, algo único que le encantaría compartir con otras personas. Por supuesto, no encuentra las herramientas, las palabras, los recursos que necesita y termina haciendo lo que puede, con lo que tiene a mano. Al final, acaba enfocando cualquier cosa menos lo que esperaba y termina siendo una novela sobre un viejo techo y una viga que el autor ni siquiera esperaba que apareciera allí. Con suerte, en algún momento se hará una breve mención a un lejano fenómeno astronómico, cuyo nombre quizás no llegue siquiera a encontrar un lugar en las páginas de la historia. 


3. El desafío constante de no llegar nunca a destino

Y soy consciente de que esto es algo que no sufren solamente los escritores. Cuando veo al Forajido Nabetse quejarse de que los dibujos que hace no le salen como a él le gustaría (aún cuando yo los considere súper geniales), comprendo que es lo mismo que me pasa a mí al terminar de redactar el diálogo de una escena que sonaba genial cuando lo practicaba en mi cabeza, pero que parece apenas un balbuceo cuando lo traslado a las páginas.

La insatisfacción con las propias creaciones es, creo, compañera inevitable de cualquier artista. Y es, al mismo tiempo, la garantía de que uno seguirá andando hacia una meta que no alcanzará (por suerte) nunca. Porque siempre se puede ser mejor, más hábil, crear cosas cada vez más impactantes. Y la única forma de lograrlo es seguir tratando.


Saludos y no se indigesten con los huevos de Pascua Ŏ-(o_Ó)


PD: Si bien este no es un blog de novedades ni de noticias, y aunque las redes sociales estén explotando entre los que comparten frases de Gabriel García Márquez y los que se quejan de quienes lo hacen por considerarlos "poser", creo que vale la pena que les deje acá un par de cuentos de él que a mí personalmente me encantan (e incluso uno de ellos ya lo compartí antes, sip, en este post viejito): "El ahogado más hermoso del mundo" y "El último viaje del buque fantasma". Porque algo simpático de ser un gran escritor es esa especie de segunda vida que da la muerte, con la oportunidad de llegar a más personas, a esas que quizás hasta ahora no lo conocían o, al menos, no lo conocían lo suficiente como para acercarse a sus letras. Ya que este hombre se nos fue, pero dejando atrás lo mejor que tenía para dar, celebremos su vida y su obra, como agradecimiento.



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