¡Howdy, lectores! En que hace un frío maleducado estamos todos de acuerdo, así que no nos queda otra que tratar de espantarlo con un mate (o la bebida caliente de preferencia) y un post al rojo vivo xD No señores, no vamos a hablar de ciertas tendencias de moda en la literatura (si cabe llamar así a ese tipo de cosas), sino de los que avivan las llamas del peligro en cualquier narración. Hoy, con nosotros, ¡los villanos y antagonistas!
martes, 23 de julio de 2013
jueves, 18 de julio de 2013
Receso cactáceo
Como consecuencia de una semana cargada de actividades laborales o académicas, el forajido Nabetse y yo nos vimos obligados a admitir que, a pesar del gran esfuerzo que hacemos para entregar a los lectores del yermo un post y su correspondiente ilustración todos los martes, fresquitos y amasados con mucho cariño especialmente para ustedes, existirán ocasiones en las que no vamos a poder. Porque ni él ni yo vivimos de hacer lo que nos gusta –al menos por ahora, algún día quizás sí o quizás no, quién sabe– y la única ganancia que obtenemos de nuestras andanzas por el mundo de los blogs es la satisfacción que sentimos cuando alguien nos dice que lo que hacemos le sirve para algo.
Parte del camino es aceptar que muchas veces nos van a faltar las fuerzas o nuestra cabeza parecerá más difícil de encender que madera húmeda. O que nos veremos sobrepasados por actividades que no corresponden a nuestras pasiones, o que la vida, de alguna manera, en ese momento nos estará pasando por encima. Hay épocas así y es normal. El hecho de que en ocasiones no seamos capaces de ajustarnos a la disciplina que nos autoimponemos con la intención de acercarnos a nuestras metas no nos convierte en un fracaso, especialmente si guardamos en nuestro interior el compromiso de volver, y todavía con más ganas. A veces incluso pasaremos largo tiempo alejados de nuestros sueños lo cual no significa que hemos renunciado a ellos. La mayoría de las veces se vuelve a eso que nos llama más allá de lo que podemos explicar. Al menos, a mí así me ha pasado.
martes, 9 de julio de 2013
... y los que cavan (Los personajes secundarios de nuestras historias)
Como por cuestiones laborales me veo en la necesidad de tomarme una diligencia y pasarme unos días lejos del rancho, estoy obligada a ser responsable y dejar todo listo antes de irme. Así que, como en los viejos buenos tiempos, en este martes que recién inicia vayamos de lleno al tema que nos ocupa, bajo la luz de las estrellas que encienden la noche del desierto.
La semana pasada hablamos de los protagonistas. Hoy nos centraremos en aquellos que completan la pandilla y que, sin liderarla, aportan elementos fundamentales para la construcción del mundo y la historia que trabajamos por crear. Como dice John Marston: "Todos morimos solos pero vivimos acompañados", así que mientras nuestros protagonistas estén embarcados en el viaje de sus vidas, lo mejor que podemos darles es un sólido equipo que los acompañe en ese trance. Porque se sabe: es difícil encontrar buenos colegas en cualquier área de la vida pero, una vez que se logra, los resultados pueden llegar a ser sorprendentes.
martes, 2 de julio de 2013
Los que tienen el revólver cargado (Los protagonistas de las historias de ficción)
¡Howdy, Forajidos! Hemos comenzado ya hace más de un mes con esta serie de artículos sobre los personajes de nuestras historias de ficción y hemos recorrido varios tópicos que van desde su decisiva importancia para el desarrollo de la narración hasta algunas clasificaciones, pasando por conceptos fundamentales como caracterización, arco de personaje y motivación.
Con todo este camino a nuestras espaldas, es justo enfocarnos en aquellos personajes sobre cuyos hombros recae la gran responsabilidad de ser los pilares que sustentan la estructura de la historia que pretendemos contar: los protagonistas.
Así que, retomando para el título de este post la frase del gran Clint Eastwood que usábamos ya dos semanas atrás, pongamos toda nuestra atención en esos personajes a quienes vamos a seguir a lo largo de incontables vicisitudes y con quienes vamos a reír, llorar, sufrir y celebrar.
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